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IECE-2020

Iglesia Evangelica Cristiana Espiritual

Vivencias Pastorales

Y ahora, Señor, mira sus amenazas

septiembre 6, 2018 Por CNm7wVSQbK

Y ahora, Señor, mira sus amenazas. Hechos 4:29

Por el Hno. Adrián Sánchez Rivas

Ministro Honorable en el Distrito 3, con base en Barrio de Tlaxcala, S. L. P.

En el nombre de nuestro Señor Jesucristo, voy a relatar en resumen algunos de los testimonios que mi Dios ha manifestado a mi favor, desde el día en que Él me tomó en cuenta para cuidar a su iglesia.

Comenzando esta preciosa labor el 16 de enero de 1984, fecha en que se me entregó la primera iglesia en la Colonia Lázaro Cárdenas, Chihuahua y la ordenación para el Ministerio de Anciano fue el día 16 de agosto de 1984 en Ciudad Delicias, Chihuahua; el recorrido de 23 años de mi Pastorado, desde enero de 1984 hasta el año del 2007 y desde ese año a la fecha me ha permitido el Señor estar con vida, ya que se me diagnosticó por la ciencia médica en el mes de julio del año 2007 solo 3 meses de vida, por lo que debo decir que la misericordia de Dios ha sido muy grande para conmigo, permitiendo no solo 3 meses de vida según el diagnóstico, sino más de 11 años, por lo que le doy muchas gracias a mi Dios.

Hermanos, voy a relatar la experiencia de una prueba muy dura, durante la cual  fui perseguido en ese lugar de Colonia Lázaro Cárdenas, Chihuahua, un día en la tarde llegó un hombre vestido de civil diciéndome que quería hablar conmigo después del culto; una vez terminado el culto todos los hermanos se fueron, solo quedó uno de nombre Rito Cerda, este varón le dijo a mi esposa que no me iba a dejar solo, ya que había temor de que me hicieran daño; una vez quedando solos, el desconocido se dirigió conmigo, el cual me preguntó:  ¿tú eres el Pastor? y yo le contesté: “a sus órdenes”, y me identifiqué con mi credencial de Ministro; entonces él me dijo: “la conversación no va a ser muy larga, mira yo atiendo aquí 15 días y en Naica 15 días, solamente que tú me haces estorbo porque estás predicando temas que nosotros no predicamos, por lo tanto ya me echaste toda la gente encima, así que quiero que unamos la iglesia tuya con la mía”. Al oír yo esto le dije: “no se va a poder, porque tú vas a querer que las ovejas mías vayan para allá y las tuyas no van a querer venir con nosotros”; además, si a ti te parece traerlas con nosotros deben bautizarse en el nombre de Jesucristo para el perdón de sus pecados, a lo que él me contestó en tono de burla: “¿Crees tú que con un simple lavacro se van a salvar?” Y  yo le respondí: “Sí, porque es un sacramento Divino, instituido por nuestro Señor Jesucristo”. Entonces él me contestó: “no puede ser”, y yo le dije: “sí, porque la sangre de Cristo tiene poder para limpiarnos de todo pecado”; entonces me contestó y me dijo: “hace cerca de 2 mil años que sucedió esto y no es mágica”. Posteriormente me dijo: “ya te dije que me haces estorbo, así que de momento si no quieres, piénsalo y abriendo un maletín me mostró mucho dinero y me dijo no te va a faltar nada si te retiras, de lo contrario no te voy a dejar en paz”.

Pasados algunos 5 días, regresando yo de una reunión de la iglesia en el poblado denominado Loma chica, me echó el carro encima y yo como pude me libré tomándome de la rama de un pino pero no resistiendo la rama donde me tomé, luego me caí y estuve a punto de ser atropellado. En el lapso como de un mes hubo muchas pruebas, enfermedad en toda la familia, una de mis niñas se quemó  pero el más grave era yo, a grado tal que me diagnosticaron 3 días de vida en razón de una enfermedad que me hizo hinchar todo mi cuerpo, a grado tal de estar a punto de reventar; y  ya no teniendo solución mi situación yo solo esperaba el momento de morir. Y no quería que mi esposa me viera morir porque ella y toda la familia lloraban mucho por mí, pero ahí recibí el testimonio de sanidad: en el momento en que hice el esfuerzo de doblar mis rodillas comencé a sentir que el dolor de todo mi cuerpo desaparecía, Dios me sanó. La situación en ese lugar no estaba sencilla, sin embargo Dios me bendijo en 2 años pues la iglesia creció el doble. Apreciables hermanos, tengo mucho de que dar testimonio, esperando que esto siga ayudando a la fe que la iglesia de Jesucristo profesa y que le demos permiso en todo tiempo a la guianza del Espíritu Santo, a fin que su Gloria y Poder se manifiesten. Debo decir  que en el tiempo de mi Pastorado en el estado de Michoacán fui perseguido y amenazado por personas de mal proceder, quienes por la influencia del maligno quisieron hasta ahorcarme y quebrarme mis piernas.

Hermanos, tiempo me faltaría  para narrar las muchas maravillas que el Señor hasta hoy ha hecho conmigo. Por esto mismo envío un saludo a todos los hermanos del Directivo General, a todos los Ministros y a todo el reino cristiano, animándoles a seguir adelante y no desmayar frente a las adversidades citando la parte bíblica de la 2a. Carta a Timoteo 4:17-18 que dice: “Mas el Señor me ayudó, y me esforzó para que por mí fuese cumplida la predicación, y todos los Gentiles oyesen; y fui librado de la boca del león. Y el Señor me librará de toda obra mala, y me preservará para su reino celestial: al cual sea gloria por los siglos de los siglos”. Amén.

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